Por: Alfredo Pachas
“Hijo si logras sobrevivir, solamente
tienes que recordar lo mucho que te quiero”. Este era el mensaje de texto de un
celular.
La historia que se narra a
continuación ocurrió tras el terremoto de Japón en el 2011. Nunca se llegó a
comprobar totalmente, no obstante, existieron muchos indicios de que ocurrió
realmente, pero con algunos añadidos, Pero, aunque fuese falso, este mensaje
inspirador demuestra el sacrificio de lo que es capaz una madre prefiriendo
morir para salvar la vida de su pequeño.
Después del terremoto los
brigadistas buscaron sobrevivientes sobre los escombros de la ciudad. Por el
hueco de una casa en ruinas observaron el cuerpo de una mujer arrodillada con
la cabeza hacia abajo como orando y que sobre sus brazos sostenía algo que no
alcanzaron a distinguir, el peso de la casa al caerle encima había roto su
espalda y su cuello, el rigor de su cuerpo indicaba que ya no había nada que
hacer: estabamuerta. El jefe de bomberos y demás rescatistas salieron en busca
de posibles sobrevivientes, No habían avanzado más de 20 metros cuando una intuición
hizo que el guía del equipo regresara a donde el cuerpo de la mujer se
encontraba. Por el espacio de un agujero se arrodilló lo más que pudo y
descubrió sobre las manos de la mujer una frazada que envolvía algo y, de
súbito gritó: ¡Un niño!, ¡Hay un niño aquí!, los demás rescatistas removieron
con mucho esfuerzo los derrubios y encontraron a un niño de 3 años envuelto en
una frazada. Los bomberos entendieron que cuando la casa comenzó a caer, la
mujer hizo un último sacrificio para proteger a su hijo; el niño aún dormía
cuando fue rescatado, el paramédico abrió la frazada para examinarlo y sobre la
colcha encontró un celular. Había un mensaje que se lee al inicio de ésta nota.
El teléfono pasó de mano en mano por cada uno de los rescatistas.
A todos les “brotó agua por sus
ojos”. Chincha,
4.5.20
No hay comentarios:
Publicar un comentario