Por: José Castro Silva
Frente al sin número de noticias
sobre actos que se vienen presentando en el quehacer diario de nuestra Patria,
resaltan por supuesto, aquellos que cometen los personajes públicos ligados a
la política en todos sus niveles y, no quiero referirme a miembros de partido
político alguno porque todos están inmersos o comprometidos en situaciones
escabrosas que violentan las leyes y los códigos de la Moral y la Ética.
Lo triste y
frustrante resulta que, cada cinco años, cuando tenemos la alternativa de ir mejorando
nuestro destino, en las campañas aparecen los famosos lobos (outsiders),
disfrazados de ovejas que nos encandilan ofreciendo cambiar al Perú y mejorarlo
en todas sus problemas, generados por las deficientes gestiones políticas. Des-pués
de los procesos caníbales en los que todos tratan de comerse a los otros, los
nuevos elegidos, resultan peores que los que ellos mismos criticaron.
Una prueba
vergonzante es el hecho de que, todos nuestros últimos ex presidentes de la
República, se encuentren inmersos en denuncias y escándalos tan contundentes
que no saben cómo salir de ellos. Esto se amplía a las demás autoridades que
gobiernan nuestro sufrido Perú, tanto las regiones como las municipalidades en
todos sus niveles, ya sean provinciales o distritales; agregando ade-más, a los
Consejeros Regionales como a los Regidores Municipales y por qué no
decirlo también, a funcionarios de menor jerarquía que tienen la responsabilidad
del manejo del Estado.
¿Qué nos
está pasando? ¿por qué siendo un país con un pasado histórico y territorio tan
rico que genera la envidia del mundo, podemos estar viviendo con
necesidades, entre robos y crímenes? La respuesta es muy simple: LAS PERSO-NAS.
Son simplemente eso y es que, en la gran mayoría no llegan a calificar
como ciudadanos porque no han recibido la formación que se requiere y esa
formación, ha estado ausente tanto en el hogar como en los colegios donde,
después de suprimir las asignaturas de Cívica y Pre Militar la gran mayoría de
profesores, se dedicó a instruir pero no a formar como lo hacían antes. En los
hogares, ni qué decir, los padres, en mayoría, obsesionados por encontrar
comodidad y mejores estilos de vida, se han dedicado de lleno al trabajo sin
separar espacios para la formación de sus hijos. Eso se da desde hace casi 40
años y, los resultados los estamos viviendo ahora. Otro de los factores que han
contribuido en lo negativo de nuestra sociedad actual, lo pone la televisión,
aquel invento que debió y debe ser utilizado para evolucionar y progresar
positivamente, se han convertido en escuelas de corrupción y de crimen. Añadiremos
a ellos el Internet, los celulares y las Tablet.
Especialistas
en salud mental señalan que el 99% de los videos juegos, esos que se utilizan
para deshacernos de los niños, “enseñan a matar por placer”. Indica
además el especialista Martín Nizama que, ese distanciamiento de los hijos, los
inicia en una doble vida que se basa en el engaño. Los padres creen que salen a
hacer cosas positivas pero, se meten en las Cabinas y ahí, a través de los mensajes
que reciben, se vuelven mentirosos, intolerantes, irritables e impulsivos,
capaces de cualquier cosa. Resultado: Sicarios, ladrones, drogadictos,
extorsionadores, a veces políticos y quien sabe que nuevas modalidades de
delito estemos estrenando si no actuamos como debe ser el Estado, los Padres
de Familia y los Maestros.
Col. 046
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