Por
Juan Almeyda Yataco
Dios nos da la vida, ese don que permite poner sobre la
tierra a los hijos del Creador para que cumpla su misión, pero la indeseable
muerte siempre está rondando nuestras vidas para, en el momento menos pensado,
arrebatarnos a nuestros seres queridos, a veces de manera intempestiva.
Eso ocurrió en la víspera con el destacado
profesional chinchano Gilberto Arana Sánchez, un educador y hombre de leyes que
supo granjearse el respeto mediante su limpia trayectoria profesional de muchas
décadas.
Y es que ayer miércoles 26 de noviembre,
cuando sus amigos y familiares menos lo pensábamos, la muerte nos ha privado de
un gran hombre como es y lo será Gilberto Arana Sánchez.
Gilberto Arana fue docente y abogado de
profesión, pero sobre todo fue un hombre de principios y luchador social, que
supo estar en las más duras luchas del magisterio, sin clau-dicar jamás en su
doctrina, me-nos en las luchas que empren-día, porque Gilberto Arana perteneció
a una época donde existían verdaderos luchadores sociales, aquellos que se enfrentaban
con la razón en la mano a los gobiernos de turno, aunque por ello tengan que sufrir
persecuciones, ataques, encarcelamientos. No por algo Gilberto Arana fue uno de
los fundadores del glorioso SUTEP, ese SUTEP de antaño, liderado por Horacio
Zevallos Gámez y representado en Chincha por viejos luchadores que debieron
pagar las consecuencias de haber tenido la osadía de enfrentarse a la patronal.
En este grupo estuvo siempre Gilberto Arana Sánchez, dicho sea de paso, amigo
personal y camarada de Horacio Zevallos Gámez.
Gilberto Arana fue un hombre de principios, que
eligió ser hombre de izquierda y mantuvo sus ideales hasta el final de sus
días, conservando su espíritu dirigencial, estando de lado de los maestros que
luchaban por sus ideales y los que exigían sus derechos, convirtiéndose en uno
de los pocos profesionales especializado en normas legales educativas, a quien
acudían muchos docentes para hacer valer sus derechos ante la UGEL y otras
instancias gubernamentales.
Hoy nos deja un gran maestro, un gran líder
como Gilberto Arana Sánchez, un profesional que tuvo también la responsabilidad
de dirigir la educación en nuestro departamento siendo director departamental
de educación, cargo que desempeñó con bastante acierto.
En este día de su fatal partida, nosotros sus amigos,
quienes lo consideramos por su don profesional y de servicio, le rendimos a Gilberto
Arana Sánchez nuestro más sincero y emotivo homenaje, agradeciéndole por
habernos dejado ese ejemplo de lucha social permanente, de combate contra lo
ilegal, de servicio al magisterio, porque hombres como Gilberto Arana merecen y
merecerán nuestro respeto, admiración y gratitud, porque gracias a su lucha
sembró las bases de lo que es hoy el verdadero sindicato de los maestros en el
Perú.
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