A
lo largo de ciertas calles y avenidas del cercado de Chincha Alta, obreros de
SEMAPACH viene efectuando trabajos diarios de cambios de red de alcantarillado,
obra que seguramente favorecerá a muchos moradores de esas zonas.
Pero
lo que no estamos de acuerdo es que esos trabajos, aparte de obstaculizar las
vías por varios días, estos representan un serio peligro para cualquier
conductor de vehículo.
Hasta
el momento, sin ánimo de exagerar, ya son varios las personas que han caído bruscamente
por culpa de estas zanjas, que miden aproximadamente unos tres metros de profundidad,
y dos metros y medio de diámetro, y que finalmente las agraviadas han terminado
en un hospital, pagando los medicamentos con dinero propiamente suyo.
La noche del miércoles último (9:30 p.m.), por
ejemplo, un motociclista que circulaba por la avenida Victoria (cerca al colegio
Cooperativo), en compañía de su hija de 8 años, se topó con un montículo de
tierra que circunda uno de estos huecos de enorme dimensión, provocando con
ello que ambos ocupantes de la moto lineal salieron despedidos por los aires,
cayendo cada uno en el pavimento de la vía.
La
niña, en su caída, perdió varios dientes y sufrió, además, golpes severos en la
cabeza. Su padre también corrió igual suerte.
Todo
por la negligencia de no colocarse en el lugar una señalización de peligro.
Si
fuese de día, el cercado que bien podría colocarse, puede tal vez impedir estos
percances; y si es de noche, lo mejor sería colocar una señalización con
trancas agregándole a ello, un mechero.
Con esta previsión se puede evitar hasta una muerte segura.