"LOS LLEVO EN EL CORAZÓN", DIJO DIRIGIÉNDOSE
A ASISTENTES A LA MISA EN LAS PALMAS
El Papa
Francisco, quien ayer concluyó sus actividades pastorales en el Perú, se
despidió de los peruanos, diciéndoles que los lleva en el corazón, y que su
visita ha dejado una huella en él, por lo que agradeció a todos los que hicieron
posible su viaje.
Recordó que en su primer mensaje de peregrinación en
suelo peruano consideró al Perú como una tierra de esperanza, por la
biodiversidad que la compone y la belleza de una geografía capaz de ayudar
–según dijo- a descubrir la presencia de Dios.
En ese sentido, se refirió al Perú como “tierra de
esperanza por la riqueza de sus tradiciones y costumbres que han marcado el
alma de este pueblo”, y por los jóvenes, los cuales –refirió- no son el futuro,
sino el presente del país.
Precisamente, el Vicario de Cristo se dirigió a los
jóvenes para pedirles que descubran la sabiduría de sus abuelos, de sus
ancianos, que es el ADN que guió a sus grandes santos.
Su mensaje también fue dirigido a los ancianos, a
quienes solicitó transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo
y “la sabiduría del camino para llegar al cielo”.
Desde la base aérea de Las Palmas, en la parte final
de la Santa Misa que ofició ante una multitud de fieles, el sumo pontífice
exhortó a todos ellos a no tener miedo y a ser los santos del siglo XXI.
Como parte de sus palabras finales, el Papa Francisco
invocó a los peruanos a que cuiden la esperanza, no dejársela robar, y para
ello, aseveró, no existe mejor manera que permaneciendo unidos para que todos
los motivos que la sostienen crezcan cada día más.
“La esperanza en Dios no defrauda. Los llevo en el
corazón. Que Dios los bendiga y, por favor, les pido que no se olviden de rezar
por mí”, remarcó.
Expresó, además, su agradecimiento al presidente Pedro
Pablo Kuczynski, a las autoridades civiles y a los miles de voluntarios, muchos
de ellos anónimos, que contribuyeron a que su visita pueda concretarse.
“Doy las gracias al Cardenal Juan Luis Cipriani,
Arzobispo de Lima, por sus palabras; a mis hermanos obispos por su presencia y
a todos ustedes que han hecho posible que esta visita deje una huella en mi corazón”,
manifestó el Santo Padre.
Asimismo, hizo extensivo su agradecimiento a las
autoridades eclesiásticas de Puerto Maldonado y de Trujillo, así como al
presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, y a la comisión organizadora de
su visita al Perú, presidida por el ex ministro de Trabajo, Alfonso Grados.
El sumo pontífice también se dio
tiempo para bromear, fiel a su estilo, cuando agradeció a los arquitectos que
diseñaron los altares que él utilizó en Lima, Puerto Maldonado y Trujillo: “Que
Dios les conserve el buen gusto”, comentó.
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