Seria denuncia que mancha la honorabilidad de todos los trabajadores, ha recaído nuevamente sobre las buenas atenciones públicas de usuario que deben brindar los profesionales de la salud del Hospital EsSalud – Chincha.
Este es el comentario real que viene circulando últimamente en la provincia de Chincha; claro no es para menos, precisamente porque se trata de la vida de un nuevo ser humano, que nace en ese estado.
En torno a este caso escalofriante, la noche del sábado 6 –aproximadamente a las 7.40 p.m.- la joven madre gestante Yanina Maribel Carbajal Pachas (26), acompañada de su madre María Pachas de Carbajal (61), con DNI 21802595, acudieron apresuradamente a la Sala de emergencia del Hospital EsSalud – Chincha, por presentar la hija fuerte dolores de parto.
Pero resulta que al tocar la puerta de la sala de atención de la Dra. Mónica Palacios López, ella le responde que no podía atenderlo porque tenía un paciente dentro.
¡Pero doctora!, agregó la denunciante:, mi bebé está por venirse.! No…, le replicó la profesional, ahora estoy muy ocupada, y ¡zas! Le cerró la puerta.
Ante esta inasistencia, apareció el técnico que acompañaba a la doctora, y le dijo: “Dra. firme Ud. una orden para subir a la paciente al tercer piso y sea atendida allí… No, respondió, mejor que espere afuera en el pasadizo”.
En una crítica situación de espera, y cuando menos lo esperaba, el bebé cayó bruscamente al piso, no lanzó ningún grito (quizás porque se desmayo) pero si se sintió la caída y las lágrimas de la observadora.
Allí, recién como movida por un resorte, apareció la Dra. María Palacios López para atender al niño y proceder a cortarle el cordón umbilical, para conducirlo luego al tercer piso.
Este cuadro de dolor y car-gado des humanidad, no solamente fue presenciado por una persona sino por varias parturientas que esperaban, con mucha paciencia, su anhelado y tardío turno.
Así marchan las cosas, al parecer, en el sector salud de Chincha.
Esperamos pues profunda investigación, porque con la salud del ser humano no se puede jugar, ni menos menospreciar. (Luis Pachas Mesías).
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