Raúl Pantoja
Arias.- Colegio Cooperativo
Hay acciones colectivas de amor a la Patria,
como la del pueblo tacneño, que han pintado con letras de oro la hermosa
historia del Perú y responden a una lección para las generaciones
Concluida la funesta guerra con Chile, se
firmó el Tratado de Ancón el 20 de octubre de 1883, por el cual Tacna y Arica,
ciudades peruanas pasarían a poder de los chilenos por espacio de diez años,
después del cual, retornarían al seno del Perú si es que sus pobladores lo
expresaran a través de un plebiscito.
Pero es el caso que cumplido el plazo
establecido, cuando tacneños y ariqueños, sonreían por la suerte de volver al
seno de su patria, empezaron a vivir una odisea, creada por Chile, que deseaba
quedarse definitivamente con estos territorios peruanos e inician una campaña
rechazo al Perú, con música encantadora de diabólicas sirenas, los acosaban
hasta llegar a las amenazas, para que llegado el momento del plebiscito, decidan
quedarse definitivamente con los chilenos.
La idea de pertenecer a Chile nunca corrió
por la mente de los tacneños, ellos obligaron al gobierno peruano asumir actitudes
de reincorporación; entonces el gobierno inicia una lucha de orden diplomático
a fin de que Chile no tenga que burlarse del Tratado; logran otro
tratado por el cual se define que Arica se quedaría con Chile y Tacna volvería
al Perú.
Pareciera que los tacneños imitaron la
lección que nos dieran el Cacique de Tungasuca Túpac Amaru II y su digna esposa,
Micaela Bastidas, que emprendieron acciones contra los invasores españoles y en
la que ellos, donde les importó más el amor al terruño que los vio nacer.
La constancia y valentía, de los tacneños hizo
que el ansiado día de su reincorporación de Tacna llegara, y llegó un 28 de
agosto de 1929. Para esto supieron soportar grandes sacrificios, logrando
finalmente también un triunfo grandemente feliz, para ellos, para la patria y
ejemplo para las generaciones.
Esta epopeyita actitud del pueblo tacneño ha
hecho que vuelva a flamear sobre lo más alto de las casas y edificios y bajo el
cielo tacneño nuestro hermoso bicolor y desde entonces, cada 28 de agosto las mujeres
llevan orgullosa el Pabellón Nacional en paseo por las calles lloviendo desde
los altos de las casas las flores que nos recuerdan esta epopeya heroica de
todo un pueblo peruano.
Esta epopeya heroica de Tacna, es digno
ejemplo de pueblos que desean hacer historia que antes que cualquier otro beneficio
personal, luchan por la tierra que los vio nacer.
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