sábado, 12 de agosto de 2017

Amor a la tierra que nos vio nacer



Raúl Pantoja Arias.- Colegio Cooperativo

Hay acciones colectivas de amor a la Patria, como la del pueblo tacneño, que han pintado con letras de oro la hermosa historia del Perú y responden a una lección para las generaciones
Concluida la funesta guerra con Chile, se firmó el Tratado de Ancón el 20 de octubre de 1883, por el cual Tacna y Arica, ciudades peruanas pasarían a poder de los chilenos por espacio de diez años, después del cual, retornarían al seno del Perú si es que sus pobladores lo expresaran a través de un plebiscito.
Pero es el caso que cumplido el plazo establecido, cuando tacneños y ariqueños, sonreían por la suerte de volver al seno de su patria, empezaron a vivir una odisea, creada por Chile, que deseaba quedarse definitivamente con estos territorios peruanos e inician una campaña rechazo al Perú, con música encantadora de diabólicas sirenas, los acosaban hasta llegar a las amenazas, para que llegado el momento del plebiscito, decidan quedarse definitivamente con los chilenos.
La idea de pertenecer a Chile nunca corrió por la mente de los tacneños, ellos obligaron al gobierno peruano asumir actitudes de reincorporación; entonces el gobierno inicia una lucha de orden diplomático a fin de que Chile no tenga que burlarse del Tratado; logran otro tratado por el cual se define que Arica se quedaría con Chile y Tacna volvería al Perú.
Pareciera que los tacneños imitaron la lección que nos dieran el Cacique de Tungasuca Túpac Amaru II y su digna esposa, Micaela Bastidas, que emprendieron acciones contra los invasores españoles y en la que ellos, donde les importó más el amor al terruño que los vio nacer.
La constancia y valentía, de los tacneños hizo que el ansiado día de su reincorporación de Tacna llegara, y llegó un 28 de agosto de 1929. Para esto supieron soportar grandes sacrificios, logrando finalmente también un triunfo grandemente feliz, para ellos, para la patria y ejemplo para las generaciones.
Esta epopeyita actitud del pueblo tacneño ha hecho que vuelva a flamear sobre lo más alto de las casas y edificios y bajo el cielo tacneño nuestro hermoso bicolor y desde entonces, cada 28 de agosto las mujeres llevan orgullosa el Pabellón Nacional en paseo por las calles lloviendo desde los altos de las casas las flores que nos recuerdan esta epopeya heroica de todo un pueblo peruano.

Esta epopeya heroica de Tacna, es digno ejemplo de pueblos que desean hacer historia que antes que cualquier otro beneficio personal, luchan por la tierra que los vio nacer.

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