por: Juan Manuel Medina Cañas
Se avecina
nuevamente un proceso electoral tanto a nivel regional como municipal; en torno
a ello se precisa que en esta oportunidad, no tengamos que desilusionarnos de
la ambición desmedida de astutos candidatos que solo ansían adueñarse del poder
con fines protervos; ya que estos pretendientes cuando están entornillados en
tales cargos, se olvidan por completo del fiel cumplimiento de las promesas
electorales que jamás llegan a cristalizarse, ya que más se dedican en
solucionar sus intereses personales en vez de resolver la álgida problemática
de un pueblo desengañado por tantas demagogias.
Conocemos muy
bien que estos aspirantes mentirosos con sus consabidas mañas de ofrecer
opíparos almuerzos en conocidos restaurantes campestres, de entregar canastas
de víveres, de entregar dinero en efectivo encandilan a los incautos electores;
porque saben muy bien que estas inversiones serán recuperadas posteriormente
con creces.
Chincha está
harta de tantas hipocresías, ya que son atiborradas las posturas de estos
personajes que siempre han querido vivir de la política, más no de trabajar en
beneficio de toda una comunidad; ya que sabemos que la crisis política que
afrontamos actualmente dudamos de la honestidad de muchos de ellos; ya que
unos, deben estar en sus cuarteles de invierno y otros que no están capacitados
para desempeñar satisfactoriamente la administración pública.
Ojalá que en esta
ocasión, Chincha despierte de ese letargo que tanto daño le hace y emita un
voto de conciencia y no se deje engañar por tantos demagogos que abundan por
allí; ya que necesitamos sangre nueva, personas intachables, por cuanto vivimos
en medio de una putrefacta corrupción blindada por entes sobornables. Asimismo,
se debe tomar en cuenta que estos individuos deben llevar en su gobierno a
personas que tengan don de servicio, sobre todo que tengan nociones elementales
de las funciones que van a desempeñar y no a improvisados que solo sirven para
levantar la mano o decir simplemente “Chi Seño” y nunca presentar perfiles o
proyectos que beneficien a los más necesitados.
También se debe
tomar en cuenta que estos personajes para alcanzar tales fines recurren a
improvisados “informantes” para levantar su alicaída imagen y engatusar la
buena fe del electorado chinchano.
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