En muchas oportunidades, la
intelectualidad local en su empeñoso afán de fomentar el acervo cultural en
nuestro medio, se abocó arduamente que Chincha contase con un local propio para
el funcionamiento de la Casa de la Literatura Chinchana.
Ante
ello, reconocidas entidades culturales tales como el Círculo Cultural Chincha,
el Frente Independiente de Artes y Letras y otras; así como los conceptos
vertidos por destacados literatos como Adolfo William Peschiera González, Marco
Aurelio Chacaliaza Avalos y el autor de la presente nota periodística, lucharon
denodadamente con el único propósito de ver cristalizado este ansiado anhelo;
ya que con la construcción de este recinto, se contaría con un cúmulo de obras
literarias editadas, manuscritos, diarios, revistas, folletos, archivos
creativos del quehacer histórico de Chincha del ayer; pero tal proyecto no
encontró eco, por lo que los promotores agotaron todas las vías que al final el
municipio principal, acordó que un ambiente de la Biblioteca Municipal Abelardo Vicente Alva Maurtua, fuera dedicado
exclusivamente para tales fines a cargo de una persona idónea supervigilada por
el regidor del ramo.
Claro,
como siempre hay un pero en toda gestión edilicia no se dio la debida importancia;
por eso actualmente carecemos
de una valiosa documentación tales como
“Chincha” de Toribio Alarco Carrillo de Albornoz, los estudios monográficos de
Carlos Natteri Rivera “la Monografía de Chincha” de Jorge Mariátegui Guichard,
“Síntesis Monográfica de Chincha” de Luis Edecio Olmos Marcos, “En la Ruta de
los Chinchas” de María Josefina Medrano Amoretti, las notas históricas de Zoila
Atúncar de Asin, los bandos publicados en el año 1907 sobre la llegada de la
inmigración italiana a esta región y como se habían adueñado de las propiedades
de los naturales, el arribo de la inmigración china y el funcionamiento de
tambos y pulperías sobre todo en la campiña, la inmigración japonesa y la marcha
de fondas y comedores en las barriadas; así como también la construcción de la
vía ferroviaria que unía Chincha Alta con Tambo de Mora.
Estamos
de acuerdo con las expresiones de algunos alcaldes, cuando manifiestan que la
cultura no genera rentas, que hasta se ha llegado al colmo de guillotinar la
partida específica que había en otras épocas para la publicación de libros de
ín-dole histórico de esta provincia.
Esperamos
que algún día lleguen alcaldes que sepan valorar lo que significa la cultura y
la educación y le den la debida preferencia. Así lo esperamos.
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