AYÚDAME,
Señor, a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieran
decirme y a responderles todos sus preguntas con amabilidad. Evítame que los interrumpa,
o que les contradiga.
HAZME,
cortés con ellos para que ellos sean mis amigos de igual manera. Dame el valor
de confesar mis errores y pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una
falta.
IMPÍDEME
que lastime los sentimientos de mis hijos. Pro-híbeme que me ría de sus errores
y de pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta.
NO ME permitas que induzca a mis hijos a mentir y
robar.
Guíame hora tras
hora para que confirme por lo que digo y ha-go.
MODERA,
te ruego, la maldad en mí. Evítame que los incomode y cuando esté malhumorado,
ayúdame, Dios mío, a calmarme. Hazme ciego ante los pequeños errores de mis
hijos y enséñame a ver las cosas buenas.
AYÚDAME
a tratar a mis hijos como niños de su edad y no me permitas exigirle el juicio
y convicciones del adulto.
OPONTE a que los castigue para satisfacer mi
egoísmo.
Socórreme para
concederles todos los deseo que sean razonable y apóyame para tener el valor de
negarles las comodidades que yo comprendo que les hará daño.
HÁZME
justo y ecuánime, considerado y sociable para con sus hijos, de tal manera que
ellos sientan hacia mi estimación. Hazme digno, Señor. De que sea amado e
invitado con mis hijos.
Fray Wílfredo Chacaliaza Pachas.
0 comentarios:
Publicar un comentario