jueves, 23 de marzo de 2017

¿Pisco sour? Agggggg


Por: Raúl Sotelo Lévano
(Este artículo es mi bandera que siempre la haré flamear todos los años cuando se “celebre” el día del pisco sour. Los auténticos conocedores del pisco peruano que lo beben puro y lo paladean con sumo placer, me han pedido la presente publicación como una especie de avanzada contra los que lo desfiguran adulterándolo con fines netamente comerciales)
El pisco sour es una tragedia con el claro propósito de maltratar nuestro exquisito paladar. El pisco, sin ninguna mezcla, salido de las entrañas de la vid, es un regalo del Creador. Tiene espíritu, tiene cuerpo, tiene alma, late a través de sus burbujas. Una sola gota de agua que se deslice por el vaso e ingrese a sus dominios, pues lo corrompe, lo maldice, lo prostituye.
Es una herejía descomunal para un auténtico bebedor mezclar el pisco de primerísima calidad con ingredientes extraños. Es un atentado contra la pureza inmaculada de una meticulosa destilación de un caldo destinado solo para los dioses.
Lo genuino, lo natural, lo verídico tiene sus reglas inviolables. Cualquier impertinente intruso recibirá un contundente desalojo y rechazo total.
El pisco y el vino puro se beben tal como vinieron al mundo. ¡Ay de aquél que lo adultere y rompa el velo de su misteriosa virginidad!
Desequilibrado mental sería aquel que añada a un vaso de vino tinto, un Merlot por ejemplo, una porción de jugo de naranja ¡Como para colgarlo!
Este es el publicitado pisco sour: un entrevero de amargo de angostura, clara de huevo (agggg),
jarabe de goma, hielo, o sea agua,
y limón. Al inventor, que ni siqu-
iera es peruano, sólo le faltó añadir
 miel de abeja y canela china para
consumar esta herejía. Lo que se
debe recordar todos los años es al
pisco peruano y punto.A ese extran-
jerizante sour que lo echen al lavadero.
 Oiga, el día del pisco sour es una
reverenda cojudez. Así hay que beberlo: puro y sin mezcla.

OTRO SI DIGO: Símbolo máximo de la música popular cubana, fue el recordado Beny More, el Bárbaro del Ritmo, artista de una desbordante y contagiante versatilidad al momento de actuar en el escenario.
El público dejaba de bailar para presenciar un espectáculo inigualable que Beny ofrecía al momento de interpretar sus canciones. Es que era único de la forma tan original, como dirigía su orquesta, y se agitaba rítmicamente con pasos espectaculares. Un auténtico Showman jamás igualado.
Dominaba asombrosamente todos los géneros que interpretaba; sones, mambos, guarachas, merengues, boleros, guaguancó, plenas y con una singular maestría logró “domar” el rubateo, que consistía en adelantar o retrasar el tiempo de la canción para luego caer a tiempo en el tono que cantaba.
El destino me permitió presenciarlo cuando actuó en un teatro chinchano muchos años atrás. Mis boleros preferidos “todo lo perdí” y “Como fue” los escuché extasiados de la garganta de este extraordinario cantante.




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